Apreciado Sr. Vaderribas,
Vaya por delante que mi simpatía por los ignorantes prepotentes y los chulos castizos es la misma, es decir, ninguna. Puestos a buscar "adversarios", usted, con su prepotencia, incultura y desfachatez me va como anillo al dedo. La gente como usted y los de ETA son dos caras de la misma moneda. El nacionalismo español ha sido siempre ofensivo e imperialista, es decir, criminal, como el de ETA. Ustedes, adversarios nacionalistas españoles, se piensan que España es el centro del mundo y que los que no son castellanos recios y vascos fornidos, son unos cagados y unos comemierda. Lo más grave es que se lo dejen escribir en un medio de comunicación público.
Veamos, si usted tuviera dos dedos de frente, debería ser más riguroso con la historia y no trepanar las mentes blandas de sus compatriotas con falsedades. Los catalanes no existíamos en la época de los fenicios, ni en la romana, ni prácticamente en la visigoda.
Tampoco existían los castellanos, ni mucho menos los españoles. En cuanto a los vascos, no lo tengo claro (¿podríamos decir que eran los íberos?). De hecho, los catalanes existimos, como nación, desde el año 865 aprox. Llegamos a ser una gran nación hasta el 1412, cuando desgraciadamente se extinguió la dinastía catalana con el último rey Catalano/Aagonés, Martí L'Humà. En el Compromiso de Caspe, las Cortes Catalanas decidieron (equivocadamente) pasar a una dinastía castellana con la condición de que ésta respetara las leyes e instituciones de Catalunya, representadas por la Generalitat.
Está claro que la mente castellana no estaba preparada para respetar acuerdos, y por lo que veo, no lo estará nunca. Desde entonces han tratado sistemáticamente de violarlos. Si esto se lo hiciéramos nosotros a ustedes, nos llamarían traidores, innobles y nazis, pero como son ustedes quienes lo hacen, se quedan más tranquilos si piensan que nos dejamos prostituir por dinero. Esto me lleva a pensar en su obsesión por que nosotros sólo pensamos en el dinero. Tienen ustedes además la virtud de vomitar lo primero que les viene a la cabeza, y como uno de sus principales defectos es la envidia, nos achacan constantemente que sólo pensamos en el dinero (lo mismo que les pasa a los judíos en otras partes). Esto viene de la época en que, después de haber expoliado las Américas, su declive les llevó a morirse de hambre y se dieron cuenta de que tenían unas "provincias" periféricas donde curiosamente, por no haberlas dejado ir a saquear las Américas (esa es su mentalidad), se lo habían tenido que currar en su país, creando riqueza de la nada con su industria floreciente.
Pues bien, a pesar de lo que les asqueaban los industriales catalanes "por su afán por el dinero", no les asqueaba emigrar a su país para ganárselo y mucho menos recibirlo de los impuestos que con habilidad fenicia gestionaban (para sus batallitas y dispendios en la Villa). Otros países como Holanda, Inglaterra, Italia, etc., hacían (y hacen) lo que hacíamos (y hacemos) los catalanes. Parece que ellos tienen todo el derecho del mundo de hacerlo, no así los catalanes ni los judíos.
Hablando de batallas, decirle, adversario inculto, que la que perdimos en 1714, o mejor dicho, la que ganaron ustedes, gracias a su gran "bravura y arrojo", se debió a que Inglaterra nos traicionó. Resulta que el Archiduque Carlos, nuestro candidato a heredar el trono de Carlos II, heredó durante la contienda la corona de Austria, y por tanto, al equilibrarse las fuerzas en Europa, Inglaterra decidió abandonar a su suerte a los Catalanes - Tratado de Utrecht 1713 , con quienes habían pactado una alianza (aunque se quedaron Menorca y Gibraltar*). El ejército castellano-francés tardó dos años en entrar en Barcelona, después de sitiarla por mar y tierra.
Si los catalanes, como usted insinúa, eran una panda de cobardicas, el ejército castellano-francés, con unos medios y efectivos infinitamente superiores, debía ser un enjambre de mariquitas. Gracias a esto, el castellano, que a partir de entonces pasó a denominarse español, se impuso en Cataluña.
Han pasado casi 300 años, y los catalanes seguimos pesados, erre que erre, con nuestro idioma y ganas de autogobierno. Somos un caso único de supervivencia en Europa (y tal vez en el mundo). Otros imperios colonizadores como Inglaterra o Francia, no tienen casos parecidos en sus dominios. A ustedes les gustaría ser como ellos, pero nunca lo podrán ser. Simplemente por que son una panda de chapuzas como Trillo, prepotentes como Aznar y creídos como Piqué que nunca podrán convencer a un nacionalista catalán. Seremos siempre su grano en el culo, incluso cuando hayan acabado con los Etarras.
*A ver si hay "güebos" de tomar Gibraltar como El Perejil, ¡machotes!. Y es que en el fondo sois unos cobardes que sólo os atrevéis cuando lo tenéis claro.
Som i Serem!
Jordi Net
Leer la Carta del Sr. J Valderribas publicada en El Mundo.
2010/07/05
Esta es la carta que J. Valderribas publicó en el Diario el Mundo
Vaya por delante que mi simpatía por vascos y catalanes es la misma, es decir, ninguna. Pero al menos sé distinguir entre un adversario válido y otro que no lo es. Dicha distinción es muy importante para todo español que se precie, cuyo objetivo en la vida debe ser dar por periclitados los nacionalismos periféricos. Aunque el nacionalismo vasco está emponzoñado por los crímenes abyectos de la banda etarra, son un rival de mucha más enjundia para la nación española que los siempre timoratos catalanes. Y voy a tratar de explicar el porqué.
Mientras los vascos han sido siempre un elemento incómodo en todas las invasiones que ha padecido la península, (romanos, godos, árabes), los catalanes se han dejado siempre conquistar por el primero que ha pasado por allí. A un lado la resistencia al invasor, al otro, los fenicios que por un plato de lentejas dejan que se mancille su honor.
De hecho, un castellano recio siempre se sentirá más identificado con el carácter rudo y batallador del vasco, dejando momentáneamente a un lado el episodio repugnante que lleva a cabo una banda de asesinos desalmados, que con la falta de carácter, el "acongojamiento", el rechazo al enfrentamiento y el amor por el dinero y no por lo propio que caracteriza a nuestros particulares judíos.
Por todo esto no me extraña que al primer ataque serio que se le plantea al nuevo gobierno de la Generalidad, sean los propios catalanes los que sacrifiquen a Carod. Mientras los vascos recibieron una presión incomparablemente superior durante el periodo previo a las últimas elecciones autonómicas, y por desgracia para la nación española con resultado nefasto para nuestros intereses, en Cataluña no han sabido resistir ni el primer achuchón. Era de esperar, no tienen sangre. Ellos mismos destruyen a sus líderes.
No tengamos ninguna duda de que con un par de escaramuzas más, el gobierno de la Generalidad caerá, se convocarán elecciones anticipadas y volverán a gobernar CiU y el PP. Todo debe estar bajo control. Dicen mis contactos en Cataluña que ERC, de hecho el único intento mínimamente serio de ponernos un poco nerviosos, va a quedar electoralmente diezmada el 14-M, mientras que los siempre dóciles chicos de Pujol van a salir ganando de este embrollo. Y ya sabemos que a esta gente con un par de contactos económicos se les tiene más que domesticados. De hecho, encarnan al auténtico fenicio. En definitiva, y para apagar los temores de un buen amigo mío, nuestra autentica preocupación debe estar centrada en el norte.
Los catalanes se anulan ellos mismos, y si se ponen un poco nerviosos, sacamos la tontería del fútbol (el Barsa, ese gran narcótico) y ya están entretenidos para unas cuantas semanas.
Leer la respuesta de Jordi Net a esta carta.
Mientras los vascos han sido siempre un elemento incómodo en todas las invasiones que ha padecido la península, (romanos, godos, árabes), los catalanes se han dejado siempre conquistar por el primero que ha pasado por allí. A un lado la resistencia al invasor, al otro, los fenicios que por un plato de lentejas dejan que se mancille su honor.
De hecho, un castellano recio siempre se sentirá más identificado con el carácter rudo y batallador del vasco, dejando momentáneamente a un lado el episodio repugnante que lleva a cabo una banda de asesinos desalmados, que con la falta de carácter, el "acongojamiento", el rechazo al enfrentamiento y el amor por el dinero y no por lo propio que caracteriza a nuestros particulares judíos.
Por todo esto no me extraña que al primer ataque serio que se le plantea al nuevo gobierno de la Generalidad, sean los propios catalanes los que sacrifiquen a Carod. Mientras los vascos recibieron una presión incomparablemente superior durante el periodo previo a las últimas elecciones autonómicas, y por desgracia para la nación española con resultado nefasto para nuestros intereses, en Cataluña no han sabido resistir ni el primer achuchón. Era de esperar, no tienen sangre. Ellos mismos destruyen a sus líderes.
No tengamos ninguna duda de que con un par de escaramuzas más, el gobierno de la Generalidad caerá, se convocarán elecciones anticipadas y volverán a gobernar CiU y el PP. Todo debe estar bajo control. Dicen mis contactos en Cataluña que ERC, de hecho el único intento mínimamente serio de ponernos un poco nerviosos, va a quedar electoralmente diezmada el 14-M, mientras que los siempre dóciles chicos de Pujol van a salir ganando de este embrollo. Y ya sabemos que a esta gente con un par de contactos económicos se les tiene más que domesticados. De hecho, encarnan al auténtico fenicio. En definitiva, y para apagar los temores de un buen amigo mío, nuestra autentica preocupación debe estar centrada en el norte.
Los catalanes se anulan ellos mismos, y si se ponen un poco nerviosos, sacamos la tontería del fútbol (el Barsa, ese gran narcótico) y ya están entretenidos para unas cuantas semanas.
Leer la respuesta de Jordi Net a esta carta.
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